Mi Propia Conciencia del Cristo

 

Por Mirtha Verde-Ramo

Santiago de Chile, 5 de Abril de 2003

 
Mis Amados: 

 

Cuando ya unido al Padre bendije en aquellas tempranas horas sus vidas, hoy he cumplido una vez más la promesa de estar con vosotros hasta el final de los tiempos. 

 

Ha llegado ahora el comienzo de los nuevos tiempos y les aliento a cada uno a seguir la Luz del Cristo Perfecto que sostiene cada corazón para que en miles de Haces de Luz compartan su propio Espíritu, caminando ahora por esta Santa Tierra. 

Así como una vez caminé por aquellas turbulentas aguas del Mar de Galilea, Yo les insto a ustedes a que caminen en medio de cualquier marea de acontecimientos, confiados en su propio Cristo Maestro. Él guiará cada uno de los pasos que den, invocando antes su eterno Poder y su Santísima Gloria.

 

Aún mis ojos permanecen contemplando esa bellísima Luz en donde pareciera que en Ella  se derramara el propio Padre en cada uno de sus hijos. 

Cada uno de ustedes es un precioso Cristo envuelto en una forma corpórea. No desajusten con ideas o pensamientos propios esta verdadera y real afirmación: 

 

¡YO SOY el Cristo Viviente! 

 

Aprender a sostener y a vivir diariamente lo aquí enunciado los llevará a una acumulación de Energías Crísticas que formarán el registro victorioso de la Ascensión que está ya implícito en cada uno.
 

¡Confíen plenamente en la Ley que les dio el Padre-Madre en la Resurrección de su Hijo propio que es la Resurrección del Cristo en ustedes! Y es posible vivirlo así dedicando sus pensamientos, sentimientos y acciones hacia su propio Santo Cristo Interno.   

 

Hoy, como Ángel Micah, vengo en esta Luz única que une a toda vida. Mi propia Resurrección no se hubiera llevado a cabo sin la Presencia radiante de mi propio Cristo Maestro.  

 

Mi Señor Maitreya me enseñó a despertar  y a sostener mi conciencia en mi Cristo

Interior y a comulgar en la hostia diaria de su Cuerpo-Luz. 

 

Mientras mi Señor Maitreya me confortaba y asistía permanentemente, Yo mantenía toda mi atención en mi Cristo y sólo de esa manera puede concluir exitosamente lo que ustedes conocen como "la Pasión del Señor".  Desde el momento que entré en el Monte de los Olivos, mantuve toda la atención y concentración en mi propio Santo Cristo Interno. 

 

Amados, ustedes mismos cuentan con ese Poder inmenso en cada uno con esa misma Gloria resplandeciente que les está mostrando siempre la propia Perfección a través de la Divina Presencia de Dios en ustedes mismos. 

 

¡YO SOY el Camino de la Verdadera Vida

!   Es lo mismo que afirmar: 

¡YO SOY el Cristo en la forma de mi propia Presencia YO SOY! 

 

Amo cada pensamiento que ustedes entregan a su Santo Ser propio. 

 

¡Mi entero Ser les bendice y les envuelve una vez más con la radiación del Todo Único y Perfecto Amor! 

 

Jesús